miércoles, 28 de marzo de 2012

Génesis 37: ¿una o dos historias?
Como profesor de Hebreo Bíblico siempre recuerdo la primera vez que comencé a hacer preguntas sobre uno de los libros de la Biblia Hebrea, especialmente el Pentateuco. Cuando leí Génesis 37 en la escuela secundaria, tenía en claro que se trataba de una sola historia ya que era un solo capítulo. No podía tener otra opinión porque nadie me había enseñado a pensar de manera diferente. Solo cuando estuve en América del Sur, comencé a leer la Biblia y al Hebreo Bíblico de forma distinta. Le prestaba atención a los nombres, las palabras, las situaciones dobles, de la misma manera que lo vamos a ver hoy en Génesis 37.
Comencemos con los primeros versos de esta historia que dicen:

La vida de José
"אֵלֶּה תֹּלְדוֹת יַעֲקֹב, יוֹסֵף בֶּן-שְׁבַע-עֶשְׂרֵה שָׁנָה הָיָה רֹעֶה אֶת-אֶחָיו בַּצֹּאן, וְהוּא נַעַר אֶת-בְּנֵי בִלְהָה וְאֶת-בְּנֵי זִלְפָּה, נְשֵׁי אָבִיו; וַיָּבֵא יוֹסֵף אֶת-דִּבָּתָם רָעָה, אֶל-אֲבִיהֶם. וְיִשְׂרָאֵל, אָהַב אֶת-יוֹסֵף מִכָּל-בָּנָיו--כִּי-בֶן-זְקֻנִים הוּא, לוֹ; וְעָשָׂה לוֹ, כְּתֹנֶת פַּסִּים. וַיִּרְאוּ אֶחָיו, כִּי-אֹתוֹ אָהַב אֲבִיהֶם מִכָּל-אֶחָיו--וַיִּשְׂנְאוּ, אֹתוֹ; וְלֹא יָכְלוּ, דַּבְּרוֹ לְשָׁלֹם.  וַיַּחֲלֹם יוֹסֵף חֲלוֹם, וַיַּגֵּד לְאֶחָיו; וַיּוֹסִפוּ עוֹד, שְׂנֹא אֹתוֹ."
«Esta es la historia de las generaciones de Jacobo. Cuando José tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos. El joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos. Israel amaba a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores. Y sus hermanos vieron que su padre amaba más a José que a todos ellos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente. José tuvo un sueño y cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más».
La persona que lea estos versos puede observar que el nombre de José aparece dos veces, una vez como Jacobo y otra como Israel. Además hay dos, o tal vez tres razones, que justifican el odio de los hermanos: a José lo amaban más que a ellos (recibió una túnica como prueba de esto), José hablaba mal de ellos, José tenía sueños en los que ellos eran sus esclavos y todos lo reverenciaban. Estas situaciones dobles no aparecen solo aquí, también se repiten en el transcurso de la historia. Cuando los hermanos ven a José lo quieren matar por los sueños que les ha contado. Sin embargo, hay dos hermanos que proponen una solución diferente para poder salvarlo, tal como se describe
:
José en el pozo
"וַיִּרְאוּ אֹתוֹ, מֵרָחֹק; וּבְטֶרֶם יִקְרַב אֲלֵיהֶם, וַיִּתְנַכְּלוּ אֹתוֹ לַהֲמִיתוֹ. וַיֹּאמְרוּ, אִישׁ אֶל-אָחִיו: הִנֵּה, בַּעַל הַחֲלֹמוֹת הַלָּזֶה--בָּא. וְעַתָּה לְכוּ וְנַהַרְגֵהוּ, וְנַשְׁלִכֵהוּ בְּאַחַד הַבֹּרוֹת, וְאָמַרְנוּ, חַיָּה רָעָה אֲכָלָתְהוּ; וְנִרְאֶה, מַה-יִּהְיוּ חֲלֹמֹתָיו. וַיִּשְׁמַע רְאוּבֵן, וַיַּצִּלֵהוּ מִיָּדָם; וַיֹּאמֶר, לֹא נַכֶּנּוּ נָפֶשׁ. וַיֹּאמֶר אֲלֵהֶם רְאוּבֵן, אַל-תִּשְׁפְּכוּ-דָם--הַשְׁלִיכוּ אֹתוֹ אֶל-הַבּוֹר הַזֶּה אֲשֶׁר בַּמִּדְבָּר, וְיָד אַל-תִּשְׁלְחוּ-בוֹ: לְמַעַן, הַצִּיל אֹתוֹ מִיָּדָם, לַהֲשִׁיבוֹ, אֶל-אָבִיו. וַיְהִי, כַּאֲשֶׁר-בָּא יוֹסֵף אֶל-אֶחָיו; וַיַּפְשִׁיטוּ אֶת-יוֹסֵף אֶת-כֻּתָּנְתּוֹ, אֶת-כְּתֹנֶת הַפַּסִּים אֲשֶׁר עָלָיו. וַיִּקָּחֻהוּ--וַיַּשְׁלִכוּ אֹתוֹ, הַבֹּרָה; וְהַבּוֹר רֵק, אֵין בּוֹ מָיִם. וַיֵּשְׁבוּ, לֶאֱכָל-לֶחֶם, וַיִּשְׂאוּ עֵינֵיהֶם וַיִּרְאוּ, וְהִנֵּה אֹרְחַת יִשְׁמְעֵאלִים בָּאָה מִגִּלְעָד; וּגְמַלֵּיהֶם נֹשְׂאִים, נְכֹאת וּצְרִי וָלֹט--הוֹלְכִים, לְהוֹרִיד מִצְרָיְמָה. וַיֹּאמֶר יְהוּדָה, אֶל-אֶחָיו: מַה-בֶּצַע, כִּי נַהֲרֹג אֶת-אָחִינוּ, וְכִסִּינוּ, אֶת-דָּמוֹ. לְכוּ וְנִמְכְּרֶנּוּ לַיִּשְׁמְעֵאלִים, וְיָדֵנוּ אַל-תְּהִי-בוֹ, כִּי-אָחִינוּ בְשָׂרֵנוּ, הוּא; וַיִּשְׁמְעוּ, אֶחָיו. וַיַּעַבְרוּ אֲנָשִׁים מִדְיָנִים סֹחֲרִים, וַיִּמְשְׁכוּ וַיַּעֲלוּ אֶת-יוֹסֵף מִן-הַבּוֹר, וַיִּמְכְּרוּ אֶת-יוֹסֵף לַיִּשְׁמְעֵאלִים, בְּעֶשְׂרִים כָּסֶף; וַיָּבִיאוּ אֶת-יוֹסֵף, מִצְרָיְמָה."
«Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo. Y se dijeron unos a otros: "Aquí viene el soñador. Ahora pues, vengan, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: 'Una fiera lo devoró.' Entonces veremos en qué quedan sus sueños". Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: "No le quitemos la vida." Rubén les dijo además: "No derramen sangre. Echenlo en este pozo del desierto, pero no le pongan la mano encima." Esto dijo para poder librarlo de las manos de ellos y devolverlo a su padre. Y cuando José llegó a sus hermanos, lo despojaron de su túnica, la túnica de muchos colores que llevaba puesta. Lo tomaron y lo echaron en el pozo. El pozo estaba vacío, no había agua en él. Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, e iban bajando hacia Egipto. Y Judá dijo a sus hermanos: "¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? "Vengan, vendámoslo a los Ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra". Y sus hermanos le hicieron caso. Pasaron entonces los mercaderes Madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los Ismaelitas por veinte monedas de plata. Y éstos se llevaron a José a Egipto».
Los hermanos querían matar a José, tirarlo al pozo y luego decir que una bestia lo había devorado. Rubén, el primogénito de Jacobo, defendía a José diciendo a sus hermanos que solo lo tiren al pozo y luego podrían comer pan. Judá, por otra parte, quería venderlo a los mercaderes de la zona. De todas maneras, a José se lo llevaron los Madianitas cuando estaba en el pozo, o fue vendido a los Ismaelitas. (Ver también Gen 37:36;39:1)

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